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22 DE MARZO

NACIMIENTO DE JULIETA LANTERI

En el mes de la mujer, homenajeamos a Julieta Lanteri, médica, política, primera candidata femenina a un cargo electivo en Argentina y primera mujer que votó en toda Sudamérica.

Nació en Cuneo, Italia, el 22 de marzo de 1873 y emigró a Buenos Aires cuando tenía seis años. A diferencia de otros inmigrantes, su padre, Antonio Lanteri, era propietario y rentista, lo que le permitió a la familia vivir con ciertas comodidades y a Julieta concretar su deseo de estudiar.

Fue la primera mujer que pudo ingresar y recibirse de bachiller en el Colegio Nacional de La Plata, por entonces una institución exclusiva para varones. En marzo de 1896 solicitó al decano de la Facultad de Medicina, Leopoldo Montes de Oca, el ingreso a la carrera. La matrícula le fue concedida en apenas dos días. Quedaba demostrado que la lucha de Elida Paso y Cecilia Grierson por el ingreso de mujeres a la Facultad de Medicina no había sido en vano. En 1898 se graduó de farmacéutica en la Universidad de Buenos Aires y algunos años después realizó prácticas de obstetricia en la Escuela de Parteras. Durante diez años ocupó el cargo de Médica de la Asistencia Pública.

Lanteri integró el Centro Feminista, cuya creación había impulsado Alicia Moreau de Justo, y fundó la Liga Argentina de Mujeres Librepensadoras, entidad que presidiría. En 1908 propuso la organización del Primer Congreso Femenino Internacional, que se celebró en Buenos Aires en 1910, y del que fue secretaria. Fue también una crítica aguda de los políticos de su tiempo.

Pero a pesar de sus grandes logros, nada sería fácil en la vida de esta médica. En 1909 se había presentado para ocupar el cargo de adscripta a la cátedra de enfermedades mentales pero la Facultad de Medicina rechazó su solicitud por su condición de inmigrante. Poco después inició los trámites de nacionalización, una gestión que lograría concretar en 1911.

Aquel año, al obtener la nacionalidad argentina y en el contexto del debate sobre la reforma electoral que llevaría a la llamada Ley Sáenz Peña, la doctora Lanteri hizo una presentación judicial muy particular: reclamó que se le reconocieran plenos derechos como ciudadana, incluidos los políticos. El fallo de primera instancia, luego refrendado por la Cámara Federal, resultó favorable. Fue así que el 16 de julio de 1911 Julieta Lanteri fue la primera mujer incorporada a un padrón electoral argentino, y en las elecciones del 26 de noviembre de ese año fue la primera sudamericana que pudo votar.

Junto con su amiga Raquel Camaña, se interesó por los derechos políticos de la mujer y por la situación de la infancia. En 1911, ambas fundaron la Liga pro Derechos de la Mujer y del Niño. Dos años más tarde, convirtió su propia casa en la Secretaría del Congreso Nacional del Niño. La preocupación por la infancia será uno de sus grandes desvelos.

Tras obtener la nacionalización, Lanteri volvió a solicitar un puesto en la Facultad de Medicina, la adscripción al cargo de Profesor Suplente. Nuevamente el cargo le fue negado, esta vez lisa y llanamente por su condición de mujer.

Otro revés ocurrió cuando la ley 8871 sancionada en febrero de 1912, que democratizaba el sistema electoral al disponer su carácter secreto y obligatorio, imposibilitó que las mujeres recurriesen al trámite seguido por Julieta Lanteri unos meses antes, al establecer que el padrón electoral correspondería al empadronamiento para el servicio militar, restringido a los ciudadanos varones. La ley “expresamente” establecía una “restricción”. Julieta exigió que se la incluyese en el padrón militar, pero no la aceptaron, lo que no impidió que siguiera luchando y fuera por más: ahora daría batalla para ser la primera mujer candidata a un cargo electivo.

En abril de 1919 lanzó su candidatura con una plataforma electoral altamente progresista que incluía la licencia por maternidad, el subsidio estatal por hijo, la protección a los huérfanos, la prohibición de la producción y venta de bebidas alcohólicas, la abolición de la prostitución reglamentada, el sufragio universal para los dos sexos, igualdad civil para los hijos legítimos y los conceptuados no legítimos; horario máximo de 6 horas de trabajo para la mujer; salario igual para trabajos equivalentes para los dos sexos; jubilación y pensión para todo empleado u obrero; abolición de la pena de muerte, divorcio absoluto y representación proporcional de las minorías en los órdenes nacional, provincial y municipal. En las elecciones de diputados de 1919, Julieta obtuvo 1.730 votos sobre un total de 154.302 sufragios emitidos, siendo hombres todos los votantes.

En la tarde del 23 de febrero de 1932, mientras caminaba por Diagonal Norte y Suipacha, fue atropellada por un auto que se subió a la vereda marcha atrás. Algunas versiones informan que al volante iba un miembro de la Legión Cívica, grupo paramilitar formado por el presidente de facto José Félix Uriburu, pero este episodio nunca se aclaró. Murió dos días después en el Hospital Rawson a los 59 años.

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