El 11 de enero de 1847 nacía en Ohio, Estados Unidos, Thomas Alva Edison, una de las mentes inventoras del siglo XX.

Creador y empresario, desarrolló más de mil inventos, entre ellos: perfeccionó el telégrafo automático, inventó un aparato para transmitir las oscilaciones de los valores bursátiles, colaboró en la construcción de la primera máquina de escribir y dio aplicación práctica al teléfono mediante la adopción del micrófono de carbón.

También se le atribuye la invención de la lámpara incandescente que en realidad sólo fue perfeccionada por él, consiguiendo un filamento que alcanzara la incandescencia sin fundirse. Necesitó 14 meses de investigación, una inversión de 40 mil dólares y más de 1.200 experimentos para llegar a presentar, el 21 de octubre de 1879, la bombilla eléctrica.

Adquirió gran popularidad, en 1927 fue nombrado miembro de la National Academy of Sciences y al año siguiente el presidente Coolidge le entregó una medalla de oro. El Congreso de los Estados Unidos calculó que Edison había añadido un promedio de treinta millones de dólares al año a la riqueza nacional por un periodo de medio siglo.

Murió el 18 de octubre de 1.931 en New Jersey, Estados Unidos, a los ochenta y cuatro años.

Junto a la trascendencia de sus invenciones, que se tradujeron en una importante contribución al desarrollo de la Revolución Industrial en su país y a la mejora del bienestar y de las condiciones de vida de millones de personas, la figura de Edison sobresale como modelo de tenacidad, como ejemplo del valor del esfuerzo y del trabajo incesante.

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